La rehabilitación energética del parque inmobiliario es uno de los mayores desafíos de la Unión Europea. Los edificios concentran alrededor del 40% del consumo de energía y el 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Para cumplir con los compromisos del Acuerdo de París y la Agenda 2030, Bruselas impulsa la estrategia de la “Ola de Renovación”, con el objetivo de triplicar la tasa anual de rehabilitación del 1% al 3%. El reto es monumental: renovar 35 millones de edificios antes de 2030.
Una solución industrializada para fachadas
Entre las innovaciones que se están desarrollando en el sector destaca un sistema de envolventes de fachada prefabricadas, concebido tanto para obra nueva como para proyectos de rehabilitación energética. La idea combina dos metas esenciales: reducir la demanda energética de los edificios y optimizar la ejecución de las obras mediante la industrialización.
El método utiliza módulos prismáticos de igual tamaño, que se ensamblan gracias a un anclaje específico actualmente en proceso de patente. Con un único punto de fijación por módulo, es posible instalar cuatro piezas a partir de un primer anclaje, completando la fachada en una única pasada.
Escaneo digital y montaje sin andamios
Antes de la fabricación, el edificio se escanea en 3D para diseñar las piezas a medida de cada planta, incluyendo elementos como ventanas y carpinterías. En obra, los módulos se colocan con grúa y se fijan directamente al forjado del inmueble. Todo el proceso evita el uso de andamios, reduce riesgos laborales y acorta los plazos de ejecución, lo que también minimiza molestias para los residentes.
Fases del montaje
La instalación sigue una secuencia de seis pasos, que comienza con la fijación del módulo base y continúa con el acoplamiento horizontal y vertical de los módulos restantes, hasta completar el conjunto de la fachada con el cuarto elemento.
Ventajas clave
Este sistema ofrece un amplio abanico de beneficios:
- Reducción del tiempo de obra, al ejecutar la fachada en una sola operación.
- Versatilidad, ya que se adapta tanto a rehabilitación como a obra nueva.
- Digitalización de la fachada existente, simplificando mediciones y planificación.
- Posibilidad de integrar carpinterías y cerramientos en los módulos.
- Menor necesidad de mano de obra en obra.
- Adaptabilidad a distintos diseños y acabados.
- Eliminación de andamios y aumento de la seguridad en obra.
- Disminución de la demanda energética del edificio.
- Ahorro de costes gracias al control de materiales y procesos.
- Contribución a la economía circular y reducción de la huella de carbono.
En definitiva, la industrialización aplicada a la rehabilitación deja de ser un experimento para convertirse en una estrategia esencial en la transformación del sector de la construcción, aportando rapidez, eficiencia y sostenibilidad al gran reto europeo de la renovación energética.