Durante la última década, la imagen de una cocina abierta al salón se ha consolidado como un símbolo de modernidad. Las revistas de decoración, las redes sociales y los programas de reformas han popularizado estos espacios diáfanos, en los que la cocina se convierte en un punto central del hogar, favoreciendo la vida social y aportando sensación de amplitud y luminosidad. Sin embargo, los datos muestran que la realidad en los hogares españoles es más matizada.
Un reciente estudio realizado por la empresa Aquí tu Reforma, especializada en renovaciones de vivienda, revela un dato sorprendente: el 61% de las reformas de cocina que se llevan a cabo en España siguen prefiriendo un modelo cerrado, es decir, con la cocina separada del resto de la vivienda. Esta cifra evidencia que, más allá de las modas, las familias priorizan otros factores más relacionados con la funcionalidad, el confort y el estilo de vida.
La convivencia entre imagen aspiracional y uso práctico
Esta aparente contradicción entre lo que se ve en tendencias de diseño y lo que realmente se elige al reformar no responde a una única causa, sino a un conjunto de motivos que se entrelazan con las costumbres y necesidades diarias de las personas.
Históricamente, la cocina fue siempre un espacio aislado, destinado exclusivamente a cocinar, muchas veces incluso oculto a la vista. La popularización de los espacios abiertos respondió al deseo de generar ambientes más amplios, sociables y luminosos, sobre todo en viviendas urbanas de tamaño reducido. Sin embargo, el día a día trae consigo realidades que invitan a repensar ese modelo.
Las cocinas abiertas eliminan barreras, pero también suponen ciertos inconvenientes prácticos que para muchas personas resultan determinantes a la hora de planificar una reforma.
Olores, orden y privacidad: los grandes motivos para cerrar la cocina
La encuesta de Aquí tu Reforma identifica tres razones fundamentales por las que la mayoría de los propietarios sigue optando por cocinas cerradas: la necesidad de controlar los olores, la importancia de la privacidad y la facilidad para mantener el orden visual en el hogar.
“El interés por las cocinas cerradas responde a una necesidad de equilibrio entre funcionalidad y estética. Para muchos clientes es importante mantener la cocina como un espacio independiente, donde puedan cocinar sin preocuparse por los olores o el desorden a la vista, especialmente en reuniones familiares o con invitados”, explica Albert Jané, director técnico de Aquí tu Reforma.
A esto se suma que las cocinas cerradas permiten más libertad en la elección de materiales, electrodomésticos y acabados. Elementos como azulejos de gran formato, campanas extractoras tradicionales o electrodomésticos menos camuflados encuentran su espacio natural en una cocina cerrada, sin generar el impacto visual que podrían tener en un concepto abierto.
Cocinas abiertas: luz, amplitud y vida social
Pese a esta preferencia general, las cocinas abiertas siguen teniendo una base importante de defensores, sobre todo en viviendas con pocos metros cuadrados o en hogares donde la cocina es un espacio clave para la convivencia.
Los espacios abiertos ofrecen ventajas claras: mayor luminosidad, sensación de amplitud, continuidad visual y la posibilidad de compartir momentos mientras se cocina. Para muchas familias o parejas jóvenes, poder conversar o supervisar a los niños mientras preparan la comida es un aspecto decisivo.
Según explican arquitectos e interioristas, el reto con las cocinas abiertas es diseñarlas correctamente, eligiendo materiales resistentes, sistemas de ventilación eficaces y electrodomésticos silenciosos. La correcta planificación permite minimizar los inconvenientes y maximizar la funcionalidad.
Las soluciones híbridas ganan protagonismo
Lejos de quedarse en una elección binaria entre cocinas abiertas o cerradas, la tendencia creciente es la búsqueda de soluciones intermedias. El diseño interior ha evolucionado hacia lo que muchos llaman “cocinas híbridas”, que permiten mantener la sensación de apertura pero con opciones para cerrar o separar el espacio cuando sea necesario.
Desde Aquí tu Reforma señalan que cada vez es más habitual optar por puertas correderas de cristal, cerramientos con perfilería metálica, estanterías abiertas o incluso islas de cocina que actúan como elementos divisores. Estas fórmulas permiten adaptar el uso del espacio según el momento, manteniendo un equilibrio entre sociabilidad y funcionalidad.
Una opción cada vez más extendida son las cocinas camufladas: aquellas que se integran visualmente en el salón mediante electrodomésticos panelados, ausencia de tiradores, colores neutros y materiales continuos. Así, el espacio de cocina se percibe casi como una prolongación del salón, sin renunciar a su independencia funcional.
Materiales y estilos más demandados en 2025
Tanto en cocinas cerradas como abiertas, las preferencias estéticas de los españoles muestran una clara inclinación hacia el minimalismo cálido. Predominan las paletas de colores neutros como blancos rotos, tonos arena o grises suaves, así como líneas de diseño limpias y muebles con tiradores ocultos o sistemas push.
Las encimeras de porcelánico se han consolidado como las más demandadas por su resistencia y fácil mantenimiento. También ganan popularidad las encimeras de inducción invisible, una innovación tecnológica que permite cocinar directamente sobre la encimera sin necesidad de placas visibles, logrando un diseño más limpio y funcional.
En cuanto a electrodomésticos, la tendencia es clara hacia la integración total, con frigoríficos, lavavajillas y hornos ocultos tras paneles de cocina, contribuyendo a una estética uniforme y sofisticada.
Costes y plazos de reforma
El coste medio de una reforma integral de cocina en España se sitúa actualmente entre 15.000 y 17.000 euros, aunque puede incrementarse dependiendo de la calidad de los materiales, la complejidad de la obra o el tamaño de la vivienda. El plazo habitual de ejecución oscila entre cuatro y seis semanas.
Desde Aquí tu Reforma recalcan que el precio no varía significativamente entre una cocina abierta o cerrada, ya que el gasto principal reside en las instalaciones, los acabados y el mobiliario. Lo más relevante es que el resultado final se adapte al estilo de vida de cada familia.
Más allá de la moda: la cocina como reflejo del hogar
En definitiva, más allá de las tendencias pasajeras, la reforma de la cocina se ha convertido en un reflejo directo de las costumbres y prioridades de cada hogar. Para algunos, lo más importante es la conexión social y la luminosidad de un espacio abierto; para otros, la comodidad, la privacidad y la organización que ofrece una cocina cerrada.
Los expertos coinciden en que no existe una única solución válida. La clave está en un diseño personalizado, capaz de adaptarse a las necesidades concretas de cada familia y su forma de disfrutar el hogar.
“Hoy el reto no es solo hacer cocinas bonitas, sino cocinas que funcionen en la vida real”, concluyen desde Aquí tu Reforma.