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La Voz de ANERR | Accesibilidad asequible en portales antiguos, una necesidad que no requiere grandes obras

 

En ANERR creemos firmemente que mejorar la accesibilidad en los portales de edificios antiguos no es un lujo, sino una necesidad social urgente y una gran oportunidad técnica para revitalizar nuestro patrimonio construido. En un contexto de envejecimiento poblacional, movilidad reducida y exigencias normativas crecientes, adaptar los espacios comunes —especialmente los portales— es clave para garantizar el derecho de todos a entrar y salir de su hogar con autonomía, seguridad y dignidad.

Contexto del parque edificado

España cuenta con un parque residencial envejecido: la media de edad de los edificios residenciales es de 43,5 años. Según datos de la Fundación Mutua de Propietarios, solo el 0,6 % de los edificios son plenamente accesibles. El 63 % no permite acceso sin escalones desde la calle al portal, y un 22 % ni siquiera dispone de ascensor.

A esto se suma una coyuntura favorable: el auge de la rehabilitación tras la pandemia, impulsado por fondos europeos (Next Generation) y el Plan de Recuperación, ha multiplicado por 1,5 el número de actuaciones desde 2019. Integrar la accesibilidad dentro de los proyectos de mejora energética, conservación o digitalización es hoy más viable, rentable y financiable que nunca.

Marco normativo y obligaciones

La accesibilidad universal está respaldada por un sólido marco legal que los profesionales debemos conocer y aplicar:

  • Ley 51/2003 y el RDL 1/2013: exigen la eliminación de barreras arquitectónicas tanto en espacios públicos como privados.
  • Ley de Propiedad Horizontal, art. 10.1.b: obliga a realizar obras de accesibilidad sin necesidad de acuerdo previo si no superan el coste de 12 mensualidades ordinarias, descontadas las ayudas públicas.
  • Código Técnico de la Edificación (CTE): el Documento Básico DB‑SUA y su Documento de Apoyo DA DB‑SUA/2 establecen exigencias mínimas y tolerancias aplicables en edificios existentes cuando el espacio es limitado.
  • Normativa autonómica: puede establecer requisitos más exigentes (por ejemplo, en edificabilidad, tramos, pendientes o sistemas automáticos).
Diagnóstico técnico previo

Toda intervención debe partir de un análisis riguroso de las condiciones del portal. El técnico debe evaluar:

  • Desniveles entre la calle y el vestíbulo.
  • Pendientes disponibles, atendiendo a los límites: hasta 10 % para < 3 m, 8 % para < 6 m, y 6 % en el resto, con tolerancias si no hay alternativas viables.
  • Anchuras mínimas: puertas ≥ 0,80 m, rampas ≥ 1,20 m (o 0,90 m en edificios existentes).
  • Espacios de maniobra: mesetas ≥ 1,50 m, radios de giro adecuados.
  • Pasamanos: en doble altura (90–110 cm y 65–75 cm), con zócalos guía cuando proceda.
  • Puertas: fuerza de apertura, tipo de cierre, y altura de elementos de control entre 0,80 y 1,20 m.
  • Ascensor existente: si lo hay, comprobar si cumple medidas de accesibilidad (cabina ≥ 1,00 × 1,25 m, automatismos, botonera en braille, aviso sonoro/visual, pasamanos…).

Este diagnóstico permite seleccionar la solución más adecuada, optimizando coste, viabilidad técnica, estética y plazo de ejecución.

Soluciones técnicas asequibles

En ANERR promovemos soluciones adaptadas a edificios existentes que permiten alcanzar un alto grado de accesibilidad sin acometer obras estructurales de gran calado. Entre las más frecuentes:

1. Eliminación de peldaños en el portal

Es el primer y más habitual obstáculo. Según el caso, se puede:

  • Reconfigurar el rellano de entrada.
  • Elevar o rebajar cotas con pequeñas rampas (< 10 % de pendiente).
  • Incorporar pasamanos dobles y zonas de giro normativas.
2. Plataformas salvaescaleras y elevadores verticales

Solución ideal para salvar desniveles entre calle y ascensor cuando no hay espacio para rampas ni posibilidad de bajar el ascensor:

  • Plataformas verticales (hasta 3 m): reducida huella, sin foso ni sala de máquinas.
  • Plataformas inclinadas sobre raíles: útiles para tramos de escaleras. Transportan sillas de ruedas sin necesidad de transfer.
  • Requieren escaleras con anchura ≥ 95 cm (ideal ≥ 105 cm); plegables cuando no se usan.
  • Parada ante obstáculos y fácil mantenimiento.
3. Automatismos en puertas

Una puerta demasiado pesada o con cierre manual puede convertirse en una barrera. Las soluciones son sencillas:

  • Motores automáticos con apertura por sensor, pulsador o tarjeta.
  • Cierrapuertas hidráulicos con baja resistencia.
  • Bajada de altura de control entre 0,80 y 1,20 m.

Esto beneficia no solo a personas con discapacidad, sino también a mayores, familias con carritos o cualquier usuario con movilidad reducida.

4. Adaptación de ascensores

Cuando el ascensor ya existe pero no arranca a cota cero, es viable bajarlo hasta el nivel de calle, eliminando el desnivel del portal:

  • Puede requerir modificación del foso, desvío de instalaciones o nuevas puertas.
  • También se puede ampliar la cabina, automatizar puertas, instalar pasamanos y adecuar señalización visual y sonora.
  • Especial cuidado en edificios históricos: se debe respetar la estética (revestimientos, rejerías…). Plataformas retráctiles o reversibles son preferibles.
Costes estimados

Los costes varían en función del tipo de edificio y la solución adoptada, pero muchas de ellas son asumibles y financiables:

Solución Coste estimado
Rampas simples 2.000 € – 6.000 €
Plataformas salvaescaleras 8.000 € – 20.000 €
Adaptación o bajada de ascensor a cota 0 70.000 € – 80.000 €
Subvenciones disponibles

Aunque estos costes pueden parecer elevados según el contexto de la comunidad de vecinos, existe un abanico de ayudas públicas que puede cubrir entre el 60 % y el 100 % del coste, si se gestionan correctamente:

  • Plan Estatal de Vivienda: hasta 8.000 €/vivienda o el 40 % del coste para actuaciones de accesibilidad.
  • Fondos Next Generation (Rehabilitación energética + accesibilidad).
  • Madrid – Plan Adapta: hasta 6.000 € por vivienda y un 60% del coste
  • Andalucía: hasta el 80 %, incluso 100 % en zonas protegidas.
  • Otras CCAA: líneas específicas para entornos urbanos vulnerables o edificios catalogados.

Importante: por ley, la comunidad no puede exigir a los vecinos más de 12 mensualidades ordinarias tras aplicar subvenciones.

Cómo organizar el proceso técnico

Desde ANERR recomendamos estructurar el proceso en estos pasos:

  1. Inspección técnica: diagnóstico que defina necesidades y viabilidad de las actuaciones.
  2. Estudio de soluciones: comparativa técnica y presupuestaria.
  3. Aprobación en junta: si la obra beneficia a personas mayores o con discapacidad y es < 12 mensualidades, no suele requerirse mayoría.
  4. Gestión administrativa: licencias y permisos.
  5. Solicitud de ayudas: planificación alineada con convocatorias públicas.
  6. Ejecución: mínima molestia con elementos modulares.
  7. Certificación final: cumplimiento del CTE, DB‑SUA y otras normativas.

Mejorar la accesibilidad de un edificio antiguo ya no es una utopía costosa: es una posibilidad real, técnica y económicamente viable. Como técnicos y profesionales del sector, tenemos la responsabilidad de aplicar soluciones eficaces, sostenibles y adaptadas a cada caso. Desde ANERR apoyamos una rehabilitación integral que sea también inclusiva. Porque eliminar una barrera arquitectónica no solo transforma un portal: cambia vidas.

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