La Comisión Europea ha aprobado un paquete legislativo clave para avanzar en la aplicación de la Ley de Industria de Cero Emisiones Netas (NZIA, por sus siglas en inglés). Este conjunto incluye tres reglamentos de ejecución, un reglamento delegado y una comunicación oficial. El objetivo principal es fortalecer la fabricación en Europa de tecnologías limpias, aprovechando su potencial competitivo y facilitando un entorno normativo más claro y armonizado.
Claridad sobre proyectos beneficiarios y procesos acelerados
Las nuevas medidas especifican qué proyectos de fabricación pueden acogerse a disposiciones especiales previstas en la NZIA, como procesos de autorización más rápidos, acceso a la categoría de «proyecto estratégico» y la aplicación de criterios de adjudicación no vinculados al precio. Estos elementos buscan agilizar y facilitar la puesta en marcha de infraestructuras esenciales para la transición ecológica de la UE.
La elaboración de estos textos ha contado con las aportaciones recibidas durante una consulta pública celebrada a principios de año, así como del trabajo técnico conjunto con los Estados miembros a través de comités y grupos de expertos.
Trámite legislativo de los nuevos reglamentos
El reglamento delegado será ahora revisado por el Parlamento Europeo y el Consejo, quienes disponen de un plazo inicial de dos meses para presentar posibles objeciones, ampliable por otros dos si fuera necesario. En cambio, los tres reglamentos de ejecución no están sujetos a un período de revisión específico.
Enfoque en componentes clave de tecnologías limpias
Uno de los reglamentos adoptados define con mayor precisión el ámbito de aplicación de la NZIA, incluyendo una lista detallada de los componentes críticos necesarios para la fabricación de tecnologías de cero emisiones. Esto permitirá orientar mejor las inversiones y apoyar el desarrollo de cadenas de suministro locales.
Además, se ha aprobado una ley que detalla los productos finales y sus componentes esenciales, lo que permitirá activar el uso obligatorio del criterio de resiliencia en procesos de contratación pública. En estos casos, las administraciones deberán tener en cuenta no solo el precio, sino también la solidez de la cadena de suministro al elegir tecnologías o proveedores.
Nuevos criterios en las subastas de energías renovables
Otro cambio relevante es la introducción de criterios no económicos en las subastas para el despliegue de energías renovables. A partir del 30 de diciembre de 2025, al menos el 30% del volumen subastado (o 6 GW anuales por Estado miembro) deberá considerar aspectos como la responsabilidad empresarial, la ciberseguridad y la sostenibilidad.
Estas medidas buscan armonizar la aplicación de los criterios entre los países de la UE, ofreciendo mayor previsibilidad a las empresas, pero manteniendo cierto margen de flexibilidad.
Diversificación de suministros y resiliencia estratégica
La Comisión también ha publicado una Comunicación que analiza la procedencia de las tecnologías limpias utilizadas en Europa. Este documento pone de relieve la dependencia de determinados países terceros en áreas tecnológicas clave, y proporciona a los Estados miembros una herramienta para aplicar el criterio de resiliencia en licitaciones públicas y decisiones estratégicas.
Categoría de proyecto estratégico
Finalmente, la NZIA permite a determinados proyectos solicitar la condición de «proyecto estratégico», lo que les otorga prioridad administrativa y acceso preferente a asesoramiento financiero. Las nuevas directrices garantizan una evaluación homogénea en todos los Estados miembros, definiendo los criterios necesarios para que un proyecto sea considerado estratégico.