Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha analizado cómo los edificios históricos pueden integrarse en la transición energética mediante la incorporación de energías renovables, especialmente sistemas de energía solar fotovoltaica, sin comprometer su valor arquitectónico y cultural.
El estudio, desarrollado por expertos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura (ETSAM) y del Instituto de Energía Solar de la UPM, busca demostrar que la preservación del patrimonio y la innovación tecnológica no son objetivos incompatibles, sino complementarios.
Renovables al servicio del patrimonio
Los investigadores recuerdan que la energía solar fotovoltaica se ha consolidado como una de las herramientas más eficaces para reducir la dependencia de la red eléctrica y las emisiones de gases de efecto invernadero. Su uso está ampliamente extendido en edificios de nueva construcción o sin valor histórico, pero su aplicación en inmuebles protegidos aún genera dudas y resistencias.
El trabajo de la UPM demuestra que, con un diseño adecuado, es posible integrar tecnologías renovables incluso en construcciones antiguas, armonizando las exigencias medioambientales actuales con la conservación del legado arquitectónico.
41 casos de estudio con sistemas solares integrados
El equipo analizó 41 edificios antiguos y de valor histórico que incorporaron sistemas fotovoltaicos integrados en edificios (BIPV, por sus siglas en inglés) durante su rehabilitación. Estos sistemas, además de generar energía limpia, se integran en la propia envolvente del edificio —en cubiertas, fachadas o ventanas—, desempeñando simultáneamente una función constructiva y energética.
Los dispositivos BIPV ofrecen una amplia gama de formas, colores y texturas, lo que permite a los arquitectos adaptar el diseño a las características estéticas y materiales del inmueble, evitando impactos visuales negativos.
Según los resultados del estudio, esta tecnología no solo reduce el consumo energético y las emisiones, sino que también abre una nueva vía para rehabilitar el patrimonio construido de manera sostenible.
Barreras y oportunidades
La investigadora Irene del Hierro López, coautora del trabajo y miembro de la ETSAM, subraya que “los edificios antiguos suelen tener un comportamiento energético deficiente y sistemas obsoletos”, por lo que la integración de energía solar fotovoltaica representa una oportunidad clara para reducir la demanda eléctrica.
Sin embargo, advierte que una de las principales barreras sigue siendo social, ya que existe un desconocimiento generalizado sobre estas tecnologías y cierta reticencia inicial a su uso en edificios históricos.
Del Hierro defiende que para lograr rehabilitaciones energéticas de calidad es imprescindible contar con profesionales multidisciplinares, con formación en ámbitos formales, patrimoniales, históricos, constructivos y técnicos.
Innovación y diseño adaptado
Por su parte, Lorenzo Olivieri, investigador de la ETSAM y del Instituto de Energía Solar, destaca que las soluciones fotovoltaicas actuales “tienen muy poco que ver con los paneles tradicionales”. Hoy, el mercado ofrece catálogos cada vez más amplios y la posibilidad de diseñar elementos BIPV a medida, lo que facilita la integración estética y funcional en los edificios antiguos.
“De este modo —explica Olivieri—, los profesionales disponen de una herramienta más para combinar eficiencia energética y respeto al patrimonio, garantizando la coherencia con las características originales de cada construcción”.
Patrimonio y sostenibilidad: un mismo objetivo
Los investigadores concluyen que la antigüedad o protección de un edificio no deben ser motivo para excluir la instalación de energías renovables. Al contrario, abogan por explorar todas las opciones que ofrece el mercado para compatibilizar la generación solar con la conservación del patrimonio arquitectónico.
“Los edificios históricos también pueden convertirse en aliados activos de la transición energética, siempre que se aborde su rehabilitación con conocimiento técnico y sensibilidad patrimonial”, subraya el equipo de la UPM.
