El reto de adaptar el antiguo edificio de Correos de Castellón al siglo XXI de la eficiencia energética

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La nueva norma energética obliga a reducir el consumo un 30% en el inmueble antes de ubicar el instituto destinado a la I+D+i. El contrato de redacción de proyecto y dirección de obra se ha estimado en 156.132€

El mítico edificio modernista de Correos se enfrenta ante el reto de dar un salto cualitativo hacia el siglo XXI. La Conselleria de Innovación ha asumido que la instalación del centro de investigación, desarrollo e innovación de la Fundación ValER debe esperar unos meses.

Pese a que el edificio de la plaza Tetuán ha cesado el servicio de Correos desde el pasado mes de marzo y desde entonces permanece cerrado, todavía falta superar algunos pequeños escollos para que el inmueble vuelva a ser ocupado y, además, esté abierto al público.

Tal y como informan desde la Conselleria de Innovación, dada la antigüedad del edificio, lo primero que se hizo fue encargar a un despacho de arquitectura de Castellón un estudio del sistema estructural del edificio y de su estado de conservación.

Después de realizar diversos ensayos no destructivos, el informe final concluyó que no se detectaban anomalías graves en la estructura. También se realizó el estudio de las características térmicas de la envolvente del edificio y la certificación energética.

Y ahí es donde la Conselleria quiere ahora incidir. Para que el edificio sea apto al nuevo uso es necesario realizar la rehabilitación energética funcional.

Para ello se va a licitar el contrato de servicios de asistencia técnica de redacción de proyectos y dirección de obras. Una de las condiciones es que el proyectista consiga una reducción mayor del 30% del consumo de energía primaria no renovable respecto al consumo previo.

El presupuesto base de licitación para el contrato de redacción de proyecto y dirección de obra son 156.132€ (sin IVA). Asimismo, una de las decisiones de la Conselleria es que además de acoger el centro de I+D+i, el edificio pueda ser visitable con una parte expositiva.

De hecho, este edificio es una de las grandes singularidades de la capital de la Plana. Además de su elevado valor patrimonial, forma parte de la memoria sentimental de los castellonenses. La Generalitat Valenciana compró el edificio en 2021 por dos millones de euros y, poco a poco, se ha ido desmantelando el servicio de Correos que ha pasado a prestarse en la calle Deán Martí de la capital.